El esfuerzo que tienen que hacer las familias españolas para comprar una vivienda se elevó al final del primer semestre del año hasta el 40,9 por ciento de su renta bruta, la tasa más alta de los últimos 10 años, según los últimos datos del Banco de España.
El porcentaje de renta que tienen que destinar los hogares para la adquisición de un inmueble creció así, por tercer trimestre consecutivo, y se colocó más de cuatro puntos por encima del esfuerzo que debían que realizar hace un año, equivalente al 36,5 por ciento de su renta.
Con este nuevo incremento, las tasas de esfuerzo requerido para comprar una vivienda se acercan cada vez más a los peores momentos vividos por los hogares, que a mediados de 1995 tenían que dedicar el 47,1 por ciento de su renta para hacerse con un inmueble.
La última vez que las familias necesitaron realizar un esfuerzo tan grande como el actual fue en junio de 1996, cuando hacía falta destinar el 41 por ciento de la renta para comprar un inmueble.
Tras un período de moderación, ese esfuerzo volvió a superar el 30 por ciento en el año 2000 por el encarecimiento de los inmuebles, que obliga a las familias a contratar créditos hipotecarios cada vez mayores para comprar una casa, y, en consecuencia, aumentar la renta que tienen que dedicar al pago de ese préstamo.
Según los últimos datos del Ministerio de Vivienda, el precio de la vivienda se había incrementado una media del 10,6 por ciento hasta el pasado mes de junio, en comparación con el mismo mes de 2005, aunque esa tasa supone una nueva moderación en la tendencia de desaceleración iniciada hace año y medio.
El precio del metro cuadrado de suelo, sin embargo, había bajado al cierre del primer trimestre del año el 0,4 por ciento en variación interanual, pese a lo cual la vivienda mantuvo tasas de encarecimiento de dos dígitos.
Ante esta situación, la deuda de los hogares ha seguido creciendo y se colocó en 730.943 millones de euros al cierre del primer trimestre del año, lo que supone un crecimiento del 19,2 por ciento respecto al mismo período de 2005.
Descontando las deducciones fiscales de las que se benefician las familias al comprar una vivienda, el esfuerzo para adquirir una vivienda se situó en el 28,5 por ciento de la renta al cierre de junio, frente al 25,6 por ciento de un año antes.
Según la legislación vigente, los contribuyentes pueden desgravarse el 15 por ciento por sus aportaciones anuales, con un máximo de 9.015 euros, aunque en los dos primeros años tras la compra de la vivienda, los primeros 4.507 euros se benefician de una deducción mayor, el 25 por ciento.
Sin embargo, tras la reforma fiscal del Gobierno, se mantendrá exclusivamente un porcentaje único de deducción, el 15 por ciento, con un límite de 9.015 euros.
Fuente: EFE (30/07/2006)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario