Los sondeos periódicos del Centro de Investigaciones Sociológicas reflejan, en ocasiones, conclusiones curiosas. Es el caso del que ayer hizo público el Ministerio de Presidencia, en el que se constata que para la mayoría de los ciudadanos son los arquitectos, los informáticos y los albañiles, por este orden, los profesionales que más prestigio han ganado en los últimos años.
Las sorpresas no paran aquí. Cuando se les pregunta a los adultos qué profesiones u oficios recomendarían a sus hijos, el 46,5% se decanta por la de médico, dedicación a la que sigue la de arquitecto, informático y profesor. Los peor vistos son los militares, vocación que sólo desearía para sus hijos el 2% de los encuestados.
El sondeo no penetra en demasiadas profundidades, pero una pista sobre estas actitudes puede encontrarse en las respuestas referidas a las características esenciales que los ciudadanos perciben en cada profesión u oficio. En el caso de los arquitectos, se destaca, sobre todo, que es una labor bien pagada y con prestigio social. En el caso de los informáticos, que, además del prestigio, cuenta con mayores posibilidades de encontrar trabajo y está bien remunerada. Y en el caso de los profesores, que es una profesión 'socialmente útil' y aporta una 'sólida formación'. El 53% observa en el oficio de albañil la facilidad para encontrar trabajo y la utilidad social, además de ser una dedicación bien pagada.
Otro tanto vale para los fontaneros, oficio que se considera también bien retribuido y con poco paro. Los militares quedan aquí de nuevo en la cola de preferencias. Sólo una minoría opina que es una profesión bien pagada, con prestigio, socialmente útil y que aporta buena formación.
El barómetro, basado en una muestra de 2.500 entrevistas realizadas entre el 21 y el 27 de junio en todo el Estado, aporta también algunas novedades en cuanto a la señalización de los principales problemas existentes en España. Para la mayoría de los consultados, el primero es el paro, seguido de la inmigración, la inseguridad ciudadana, la vivienda y el terrorismo de ETA. Es la primera ocasión en la que este último problema obtiene un porcentaje de inquietud tan bajo.
La situación económica es percibida con optimismo por el 24% de los españoles, frente al 27% que expresan su pesimismo. El 32% de los encuestados cree que el año que viene irá a peor.
Fuente: Cinco Días (21/07/06)
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