La banca ofrece hipotecas hasta los 35 años de edad con más plazo y grado de financiación.
Los jóvenes son un segmento demográfico claramente apetecible para las entidades financieras, que buscan echar el anzuelo con el que vincular al cliente a largo plazo. Y para ello, nada como las hipotecas.
Bancos y cajas han diseñado productos hipotecarios específicos para los clientes junior, entre 18 y 35 años por los general, y que tienen como características comunes unos plazos de amortización más largos, porcentajes de financiación que se amplían al cien por cien del valor de tasación de la vivienda, por lo general con el respaldo de un aval, y, en contrapartida, unos tipos de interés ligeramente superiores a los que se aplican a un cliente senior. Fuentes financieras reconocen que en el caso de los clientes jóvenes 'se hace necesario asumir niveles de financiación más altos, pero los criterios de asunción de riesgos son los mismos'.
El dilema que las dificultades financieras de los jóvenes plantean a los bancos se resuelve por tanto en el precio, aunque el castigo no es demasiado elevado. Existen ofertas que ofrecen a sus clientes jóvenes el euribor más un diferencial del 0,75%, en línea con el conjunto del mercado, tales como la de Caja Duero o Banco Popular, que además añade un préstamo personal de 10.000 euros sin intereses a los clientes que contraten su iPopteca Joven hasta el 31 de julio.
Dentro de su línea de productos Blue Joven, BBVA suaviza también las condiciones de las hipotecas que ofrece a sus clientes jóvenes, en su caso entre los 15 y 30 años de edad. Con un plazo de amortización de hasta 40 años -el plazo medio de contratación de las hipotecas está ahora en los 26 años-, da la opción de aplazar hasta un 30% del importe del préstamo al final de la operación y con una carencia de hasta 36 meses.
En lugar de facilitar el retraso en el pago, Caja Duero rebaja la cuota mensual de sus clientes menores de 35 años, de modo que a medida que se van aproximando a esta edad, el importe se encarece el 2,5% anual. La penalización es por tanto cumplir años. Así, un cliente de 30 años pagará un 11,5% menos sobre la cuota mensual que le corresponde en el momento de firmar la hipoteca. Llegados los 35 años, se recalcula la cuota sobre lo que resta por pagar.
Santander no dispone de una hipoteca específica para jóvenes. Cuenta, en cambio, con otras fórmulas adyacentes, como el denominado Préstamo Total Carrera, destinado a la financiación de los estudios. En el momento en que, acabada la carrera, el estudiante tuviera acceso a la compra de una vivienda, podría incorporar ese primer crédito a una hipoteca contratada del banco y refinanciarse con las condiciones de un crédito para vivienda.
En cualquier caso, las entidades financieras coinciden en señalar las limitaciones de su clientela más joven y reconocen que la continuada subida del precio de la vivienda ha reducido su capacidad de acceso a la compra.
Fuentes de BBVA señalan que la edad media a la que los jóvenes contratan su primera hipoteca está entre los 26 y los 28 años, aunque este dato convive con una realidad más tozuda.
Según datos del último boletín del Observatorio Joven de Vivienda en España del Consejo de la Juventud (CJE), de cierre de 2005, los jóvenes españoles necesitan dedicar el 55,2% de sus salarios a la compra de una vivienda libre, un máximo histórico dentro del periodo de los últimos seis años. En el caso de los menores de 25 años, esta cifra alcanza el 70% de los ingresos, debido en gran medida a la escasa cuantía de los sueldos y la alta tasa de temporalidad en el empleo a esa edad.
En el caso de la Comunidad de Madrid, los jóvenes deben reservar hasta el 72,6% de su salario para la compra de una casa, cuando lo recomendable desde los bancos es no emplear más del 30%.
Fuente: Cinco Días (10/07/06)
lunes, 10 de julio de 2006
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