sábado, 25 de noviembre de 2006

:O Vejer - Los vecinos de El Palmar lamentan que se hiciera la «vista gorda» durante años y ahora se derriben las casas

«Deberían tratar de regularizar la situación»

A pesar de los últimos acontecimientos que se están produciendo en la pedanía vejeriega de El Palmar, los vecinos no temen que mañana puedan ser sus casas las que caigan bajo las palas de las excavadoras y lo que reclaman son soluciones a las administraciones para que dejen de ser tratados como irregulares y gocen de las mismas prestaciones que los residentes en el núcleo principal.

Algunos de estos vecinos ya han recibido notificaciones por parte de la Junta de Andalucía anunciándoles el derribo de su vivienda pero prefieren esperar hasta agotar el último recurso que les quede antes que ceder a la demolición. La mayoría de éstos son propietarios de casas que se encuentran próximas a la playa, dentro de los cien metros de la zona de dominio público marítimo terrestre.

Para muchos de ellos, esta situación es responsabilidad del Ayuntamiento de Vejer y la mayoría cree que el Consistorio «ha emprendido una cruzada» contra ellos por vivir en esta zona paradisiaca, según comentan en un establecimiento de la zona, donde el comentario de los derribos está a la orden del día.

Cortes de electricidad

La prueba más evidente de esta culpabilidad son los cortes en el suministro eléctrico que Endesa viene realizando desde hace un mes a viviendas ilegales enganchadas a la red, aunque desde el Consistorio ya se anunció que se tratará de restablecer para diversos casos de familias en situación precaria. «En el Ayuntamiento nos tratan como si fuéramos delincuentes cuando lo único que estamos haciendo es vivir en nuestras casas», declaró un vecino que prefirió no identificarse por miedo a que la próxima carta de derribo sea la suya. «Lo que tendrían que hacer es elaborar un plan de regularización porque aquí hay gente que lleva viviendo toda la vida y nunca ha existido ningún tipo de problema», comentó Carmen, una vecina de El Palmar. Mientras, su marido piensa que «si la ley establece que no se puede construir junto a la playa habrá que respetarlo, pero eso no debería afectar a las viviendas que están más alejadas y que podrían mejorar sus condiciones».

Al fin y al cabo, todos coinciden en afirmar que «aquí siempre se ha construido y nadie ha puesto freno así que no pueden querer ahora tirar las casas cuando las mismas administraciones han hecho la vista gorda».

Disparidad

Otro asunto es el de los derribos voluntarios que últimamente han sido el tema de conversación más recurrente entre los vecinos. «Hay que respetar que la gente tome estas decisiones pero yo no podría hacerlo porque esta es la única vivienda que tengo», asegura Carmen. Para esta vecina el principal problema es que «aquí vive gente de diversa condición y mientras unos pueden afrontar los gastos de las multas y hacer estas acciones otros tenemos que resignarnos a que no nos toque, al menos por ahora». Por último, los vecinos señalan que «tendrían que estudiar los casos porque aquí hay muchas viviendas que están vacías todo el año porque son sólo para alquilar, y eso sí que nos perjudica a todos».

Fuente: lavozdigital.es (23/11/2006)

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