domingo, 10 de febrero de 2008

La crisis se lleva por delante a 40.000 pequeñas agencias

La crisis que ha desinflado por la vía rápida la burbuja del ladrillo español se ha llevado por delante 40.000 chiringuitos inmobiliarios, según los cálculos que presentó el Consejo General de Colegios de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria. Eso supone una destrucción de empleo de cerca de 120.000 puestos de trabajo. Los denominados Api aseguran que sus asociados han conseguido salvarse de la quema, no indemnes pero menos afectados que aquellos que al calor de la espiral de precios y especulación se convirtieron en supuestos expertos en pocas horas.

En Cádiz tampoco se han librado los neófitos de la quema generalizada. El presidente del colegio provincial, Manuel Rodríguez-Sánchez, apunta que 'se acabaron las corbatas de colores', en referencia a esos vendedores de pisos que nacieron al amparo de la explosión inmobiliaria. Considera que la corrección ha venido, dentro de lo cabe, hasta bien.

La prueba más evidente de este adiós está en la calle. Hoy, miles de las otrora prósperas oficinas inmobiliarias permanecen con la verja bajada a la espera de que alguien ocupe el local. Hace apenas cinco o seis años, muchas personas se subieron al carro de la venta de pisos, aprovechando que la ley liberalizó por completo en mayo de 2003 el sector de la intermediación.

Santiago Baena, que defendió por enésima vez el papel de los agentes colegiados como personal preparado y con recursos, aseguró que estas víctimas del derrumbe del ladrillo entraron en el juego 'sin ningún plan de negocio'. De las 80.000 oficinas que había hace un año, hoy sólo quedan unas 40.000, de las que la mitad corresponden a personal colegiado. Entre los damnificados, muchos extranjeros, sobre todo a lo largo de la costa mediterránea.

Pero los agentes inmobiliarios no se han quedado en la destrucción de sus rivales, sino que también repasaron la marcha del sector en 2007. Un ejercicio que fue el de las primeras rebajas en mucho tiempo. 'Antes, si me apuras, los vendedores subían el precio cada vez que les llamabas, pero eso ha cambiado'. De hecho, un 80 por ciento de los particulares que lograron vender una casa tuvo que recortar varios miles de euros el precio inicial. El descenso fue mucho más acusado en el segmento de segundas residencias, donde el precio cayó un 20 por ciento: 'Es buen momento para comprar en la playa'.

Fuente:Terra Actualidad - VMT (7 febrero 08)

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