Todas las ciudades de la Bahía están inmersas en la elaboración de nuevos planes urbanísticos que van a pintar sobre el papel cuál va a ser el desarrollo de toda la zona a lo largo de la próxima década. La planificación coincide con la entrada en vigor de la nueva legislación de la Junta sobre la ordenación del territorio, que supone un control más estricto de las nuevas edificaciones, limitando su número para evitar crecimientos desproporcionados y reservando una cuota muy importante para pisos de protección oficial. Chiclana y El Puerto encabezan el listado de ciudades en crecimiento, gracias a sus amplios términos urbanos. La primera proyecta, en su PGMO ya aprobado por la Junta de Andalucía, la construcción de 38.000 viviendas; en la segunda, la apuesta es de 28.000 pisos más. Junto a ellas, Puerto Real reduce su expansión ya que apenas se proyectan 6.400 pisos a pesar de su extensa superficie. Frente a ellas, la capital encuentra espacio para 5.000 pisos, lo cual es ya de por si un milagro teniendo en cuenta que su suelo está casi totalmente agotado; a su vez, San Fernando también proyecta unas 5.300 en el periodo de vigencia del nuevo Plan.Con todo ello, se suman 80.000 viviendas que suponen cerca del 50 por ciento del parque de viviendas del que disponen el conjunto de estas localidades según el Censo de Viviendas de 2001.Viendo el crecimiento global de cada una de estas localidades, se asume que este número de nuevos pisos permitirá absorber el crecimiento de población, aunque obligará a la emigración interior especialmente en la capital. La previsión de cinco mil pisos en el plazo de una década queda muy lejos de sus verdaderas necesidades ya que la empresa municipal Procasa calcula que actualmente sería necesario contar con cerca de 10.000 pisos más atendiendo a la demanda existente. Las limitaciones impuestas en San Fernando y Puerto Real hacen prever que será Chiclana la que continuará beneficiándose de este éxodo, lo que mantendrá el dinamismo en el crecimiento de la población. La Isla y El Puerto alcanzarán en este periodo los 100.000 habitantes, cifra por la que puja también Chiclana y que la capital, en continuo descenso desde hace cerca de dos décadas, espera no perder.Junto a la oferta de pisos, los planes de ordenación ya elaborados o en pleno proceso de redacción perfilan los últimos suelos industriales, especialmente con la puesta en marcha de Las Aletas en el término puertorrealeño; aquí, la capital busca su hueco en el sector económico diseñando una profunda remodelación del polígono exterior de la Zona Franca, donde se quieren ubicar los escaparates las de grandes empresas que se levantan en los polígonos industriales del resto de la Bahía.Un tercer puntal de los nuevos planes será la recuperación de los respectivos cascos históricos siguiendo la línea iniciada en Cádiz.
Fuente: diariodecadiz.es (29/04/07)
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