Las 92 instalaciones deportivas destinadas al golf con las que que cuenta Andalucía dejan en la comunidad cada año más de 1.800 millones de euros. Esta cantidad se duplica, alcanzando los 3.000 ó 3.500 millones de euros si se suma toda la actividad que surge entorno a estas explotaciones.
Sólo un campo de golf estándar de 18 hoyos produce más de 18 millones de euros, sin contar otras actividades que surgen vinculadas a estas instalaciones, como el urbanismo y el turismo.
El 50% en Málaga
La mayor parte de este capital se genera en la provincia de Málaga, donde se localizan 48 campos de golf, casi el 50 por ciento de las instalaciones que se ubican en suelo andaluz.
Esta cifra revela que esta actividad deportiva es un negocio más que rentable para esta comunidad autónoma, como destaca el secretario general de la Asociación de Promotores de Turismo Residencial y Deportivo de Andalucía (Promotur), Ángel Salazar, quien apuntó a ABC que la correcta gestión de estas instalaciones beneficiarían al turismo, un sector que representa el 14 por ciento del Producto Interior Bruto andaluz.
Pese a que Málaga es en número de campos la capital del golf en Andalucía, Cádiz le sigue en segundo lugar. Estas dos provincias han hecho de este deporte otra forma de turismo y han captado especialmente la atención de los viajeros británicos, según comentó el secretario general de Promotur.
En cambio, Huelva «no termina de arrancar» en el turismo «golfista». Pese a reunir las mismas características que se dan en la provincia gaditana, esta zona no acaba de desarrollarse en este sector.
«Es un lugar con mucha potencialidad como Cádiz, sin embargo la progresión ha sido mucho más baja», apuntó Salazar, quien enumeró como posibles causas, aunque no concluyentes, la falta de promoción de la zona -no sólo a nivel nacional sino también internacional- o bien que la base de su turismo sea mayoritariamente nacional, un ámbito donde la actividad golfista aún no ha despegado lo suficiente.
Almería y algunas zonas del interior de la comunidad andaluza, están viviendo todo lo contrario, según Promotur, y van aumentando el número de campos, perfilándose como futuros enclaves de este deporte.
La polémica
La puesta en marcha de estas instalaciones, pese a los beneficios económicos que genera, no está exenta de polémica: El riego del césped y la construcción de grandes complejos urbanísticos alrededor de los campos, son sólo dos de los aspectos que más ampollas levantan cuando se presenta un proyecto destinado a la construcción de uno de estos recintos deportivos.
Decreto regulador
El presidente de la Junta, Manuel Chaves, con la intención de regular la actividad golfista, se ha comprometido a aprobar, en estos mismos meses de otoño, un decreto que ponga «límites» a estas instalaciones. Uno de los aspectos del borrador de este texto regulador, al que principalmente se opone Promotur, es lo referido a la densidad residencial en torno a los campos. El objetivo es limitar la aglomeración urbanística, permitiendo únicamente en las zonas adyacentes a los campos de golf una vivienda por hectárea.
Ángel Salazar manifestó, a este respecto, que se encuentran en desacuerdo con el Gobierno autonómico. Sostuvo que en el caso de los edificios que se levantan en torno a pabellones de baloncesto, pistas de tenis y otras instalaciones deportivas no se aplica ninguna medida especial, por lo que no se explica que pretendan limitar las urbanizaciones aledañas a los recintos destinados al golf.
El secretario general de Promotur anunció que la Asociación analiza exhaustivamente el borrador del decreto, pretendiendo ofrecer a la Junta argumentos en contra de la intención del Gobierno autonómico de regular la densidad y edificabilidad vinculada a los campos de golf por esta vía.
El informe de Promotur analiza la legislación actual aplicable a los campos de golf: la normativa a la que deben acogerse estas instalaciones y las actuaciones urbanísticas permitidas según su uso deportivo, su inclusión dentro de los Planes de Ordenación del Territorio y su posible consideración como actuaciones de incidencia territorial en torno a los campos de golf.
En cuanto al espacio que estas instalaciones ocupan en todo el territorio, Ángel Salazar destacó que los 92 campos existentes en la comunidad andaluza «apenas ocupan el dos por ciento del suelo andaluz».
El agua es otro escollo que surge cuando se habla de estas instalaciones deportivas. El borrador del decreto destaca que los campos deben usar para el riego del césped agua procedente de la depuración de aguas residuales o desaladas directamente del mar. Promotur destacó, en este sentido, que el riego de las instalaciones está controlado y se lleva a cabo mediante alta tecnología que impide que se produzcan filtraciones y vertidos innecesarios. Además, afirman, su consumo de agua sólo supone el 2% del gasto total en Andalucía. Este dato, destaca Salazar, pone de manifiesto la «escasa incidencia del golf» en el medio ambiente.
El debate abierto por este decreto aún no se ha cerrado, ya que Chaves, a diferencia de la consejera de Obras Públicas, sí considera necesario aprobar una normativa específica para estas instalaciones deportivas que impida que los campos de golf sean una excusa para hacer.
Fuente: abc.es (16/09/06)
domingo, 17 de septiembre de 2006
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