Hay voces que solicitan una mayor regulación de los préstamos con el objetivo de lograr una mejor protección de los clientes ante las malas prácticas por parte de la publicidad y la industria financiera.
Muchos cambios supondrían la restricción de ciertas prácticas y el requerimiento de aportar información sobre las condiciones de los préstamos con mayor antelación de lo que se hace actualmente, además de prohibir aquellas prácticas injustas o engañosas.
Prácticas como: Ofrecer préstamos hipotecarios sin tener en consideración la capacidad de los prestatarios para devolverlo. Las entidades de crédito deberán verificar los ingresos y activos en los que confían para conceder el préstamo.
Limitar la toma de decisiones de los clientes sobre las diferentes opciones de préstamos hipotecarios. Se deberá impulsar la confianza en las operaciones financieras y la seguridad de que las malas prácticas no serán toleradas. Proporcionar una estimación "de mala fe" de los costes del préstamo.
Se debe hacer la letra pequeña, cada vez más grande, con claridad y sin sobresaltos. Impedir que los clientes abonen comisión alguna hasta que hayan recibido la oferta sobre el préstamo, a excepción de gastos por la realización del encargo, tales como tasaciones, obtención de certificados, etc
Las prácticas injustas y engañosas han dañado a los clientes y a la integridad del mercado financiero.
Fuente:urbanoticias.com (26/12/07)
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