Zapatero prometió que el Gobierno impulsaría 150.000 pisos protegidos al año. Para ello, casi debía duplicarse el registro del pasado año (83.000). En el primer trimestre no sólo no se ha cumplido, sino que ha caído un 60%.
El mascarón de proa de la recuperación económica prometida por el Ejecutivo se derrumba. La vivienda protegida (VPO) era, junto con la obra pública, el principal soporte para paliar la caída del sector inmobiliario, motor de crecimiento durante la última década. Durante la campaña electoral, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a impulsar 150.000 viviendas protegidas al año. Este órdago se incluyó en el programa electoral del PSOE y ha sido utilizado en numerosas ocasiones por el Gobierno para atemperar los ánimos y tratar de insuflar confianza a promotores, entidades financieras y consumidores.
Para cumplir esta medida en 2008 hacía falta casi duplicar las 83.859 VPO iniciadas en 2007, año en el que ya cayó un 12% interanual esta actividad. Sin embargo, en el primer trimestre de 2008, cuando se pergeñó la medida, el batacazo fue notable. No sólo no se alcanzó la cifra de inmuebles promovidos en el mismo periodo de 2007, sino que el dato se desplomó un 58,3%. De 22.635 pisos sociales iniciados entre enero y marzo del año pasado se ha pasado a sólo 9.439 en igual periodo de 2008, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Vivienda, dirigido por Beatriz Corredor.
Para llegar a las 150.000 VPO, el ritmo de iniciación habría de rondar las 37.500 trimestrales. Es decir, cuatro veces más de lo que ha conseguido el Ejecutivo socialista en los primeros pasos de su plan.
Poco después de las elecciones los expertos ya tildaban de “técnicamente inviable” que el PSOE, cumpliese su promesa.
Ritmo muy preocupante
Si se mantuviese el ritmo del primer trimestre, en todo 2008 sólo se comenzaría a construir alrededor de 38.000 VPO. A ellas habría que sumarle las cerca de 3.000 que se podrán edificar con los 300 millones de euros que empleará el Ejecutivo en comprar suelo para aliviar a las promotoras e inmobiliarias con mayores problemas. En total, se llegaría a 41.000 VPO, lo cual significaría la peor cifra desde 1991, último año al que se remontan las cifras oficiales de Vivienda.
Esto sería letal para la credibilidad de José Luis Rodríguez Zapatero, que en el segundo cara a cara electoral con Mariano Rajoy, el 4 de marzo, señaló: “Hemos pasado de 50.000 viviendas protegidas a las 150.000 que vamos a construir este año”. Además, el fracaso definitivo del impulso a la vivienda social minaría aún más las golpeadas cuentas de las promotoras constructoras, que han puesto buena parte de sus esperanzas en la diversificación hacia los pisos sociales. De hecho, una de las principales razones por las que Zapatero pensó en dinamizar el mercado de la vivienda social fue para que, mientras tanto, los promotores pudiesen drenar el excedente de inmuebles nuevos sin vender que acumulan.
La licitación se desploma
Además, en el primer semestre el Gobierno redujo un 27,8% la licitación de obra pública respecto al mismo periodo del 2007, hasta los 8.769,49 millones, según los datos de la patronal de grandes constructoras Seopan. Con ello, tampoco levanta cabeza el otro pilar de reactivación de la economía que enarboló el PSOE. Sin embargo, y pese a los datos oficiales, Zapatero aseguró en el pasado Consejo de Ministros del 14 de agosto: “Estamos acelerando la obra pública”. El presidente remitió a los datos para sustentar su afirmación, pero éstos no le ayudan, precisamente. El descenso se viene dando desde mayo, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos del Sector Público, que nació llena de incertidumbres. De hecho, esta norma abre la vía a la adjudicación discrecional de obras.
Fuente: J. M. Lamet (Expansión. Ed. Escrita)
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