Los vaivenes del sector inmobiliario también afecta a poblaciones como Chiclana, El Puerto o San Fernando, donde se produce un importante flujo de compraventa de viviendas. En estas ciudades ha llegado, asimismo, la crisis de un negocio que años atrás era el más próspero.
En concreto, la situación del sector inmobiliario en Chiclana, uno de los más pujantes de la provincia en los últimos años, está sufriendo un debilitamiento muy destacado en los últimos meses. A la subida del precio de las hipotecas, que se postula como uno de los inconvenientes más generalizados para la adquisición de una vivienda de segunda mano en toda la provincia, se une en la localidad chiclanera la desconfianza por algunas tramas urbanísticas destapadas en los últimos meses, como el caso de Obra Nueva, la reiterada puesta en duda de la vigencia del nuevo Plan General Municipal de Ordenación y las dificultades para colocar en el mercado algunas de las miles de viviendas ilegales.
Así, desde algunas inmobiliarias de Chiclana, como Alameda, se quejan de que “todos estos escándalos nos están haciendo muy mala publicidad y los clientes ya no se fían, vienen con sus abogados”. “Además, los bancos ponen muchos inconvenientes a la hora de firmar una hipoteca y exigen documentación casi imposible de conseguir en muchos casos”, explica el anterior propietario de esta inmobiliaria, Juan Izquierdo, que llevaba 30 años en este negocio. Izquierdo no duda en catalogar la situación que vive la localidad en este sector como “horrorosa” y explica que “en esta calle había siete inmobiliarias y ahora sólo quedamos nosotros, y es que la cosa está para plantearse el cierre”.
En este sentido, los profesionales del sector coinciden en destacar una bajada muy notable de las ventas, acompañada de un descenso en los precios registrado en los últimos meses que llega incluso hasta un 20 por ciento. “Los precios han bajado dos o tres millones de las antiguas pesetas, así, los pisos cuestan ahora unos 180.000 euros, mientras que los chalets se sitúan en los 200.000”, explican desde Gestión Inmobiliaria Las Redes. También, uno de los empleados de la inmobiliaria P&M, Ignacio Guzmán, coincide en que el mercado está muy parado.
Por su parte, un profesional de una de las sucursales de la inmobiliaria Tecnocasa en el centro histórico de El Puerto resume la situación del sector inmobiliario: “Algunos dueños de vivienda no se quieren dar cuenta que no pueden seguir poniendo los precios por las nubes”. Las ventas de pisos se han reducido, en distintos porcentajes en función de la inmobiliaria a la que se consulte. Lo que sí es generalizado el comentario de que los compradores se piensan ahora más una posible adquisición. “Hay que volver a la realidad”, comentan en otra agencia portuense de la avenida del Ejército. Los precios no han sufrido bajas por el momento pero se sabe que el mercado está “más duró”. En dos de las inmobiliarias consultadas, no se habla de descensos en los precios sino de “reajuste a la realidad”.
En El Puerto, ya hay inmobiliarias que han cerrado sus puertas. No son oficinas de las grandes franquicias del sector sino de sociedades que surgieron en torno a un mercado que estaba al alza. “En un principio se hicieron con una clientela rápida que se les ha ido cuando han tenido que cerrar. No tenían base para afrontar una época dura”, añade otro responsable de inmobiliaria. “Todo el mundo quiso apuntarse al boom”, añade.
En San Fernando, el parón inmobiliario ha provocado ya el cierre de algunos negocios en pleno centro de la ciudad, donde se contaban por decenas la apertura de este tipo de establecimientos, que hace unos años experimentaron un gran auge a la par que subían los precios de la viviendas.
Las propias inmobiliarias locales consultadas reconocen que cada vez es más frecuente el cierre de estos establecimientos debido al estancamiento de las ventas, la subida de las hipotecas. Aunque aún no se barajan datos concretos sobre el número de negocios inmobiliarios que ha cerrado sus puertas en la ciudad durante los últimos meses, la crítica situación que atraviesa el sector es claramente apreciable con un simple paseo por el centro de la ciudad.
En muchos de estos locales la actividad ha cesado por completo y se ha colgado el rótulo de se alquila o se vende. Otros están siendo transformados para adecuar otros negocios. Sin embargo, lo que más preocupa a las inmobiliarias isleñas es el descenso del número de compradores. “Hay muchos menos clientes”, afirma la responsable de uno de estos establecimientos.
Fuente:diariodecadiz.es (03/11/07)
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